sábado, 21 de diciembre de 2013

¿CACERINA, ROGERINA O TAPATÍA?

¿Una suerte colombiana?
(Publicado por la Revista Tendido 4, Peña La Sultana de Cali, diciembre de 1989)
Por: Jorge Arturo Díaz Reyes
La Cacerina frente a la Monumental de Manizales. Foto: Jorge Arturo Díaz Reyes
Si algo han aportado los toreros americanos al repertorio de la tauromaquia es la variedad barroca y pintoresca de su juego con la  capa.


La Cacerina es un lance creado por el matador colombiano Pepe Cáceres en su época de novillero y presentado por primera vez en la plaza de toros de Manizales (Colombia) el 31 de enero de 1959, ante un toro de Miura, alternando con Vásquez II y Victoriano Cueva Roger (Roger Valencia), "quien la ejecutó por primera vez, vestido de luces, en la plaza  de toros de San Sebastián (España) en 1963" (1), cuatro años después, desde cuando allí comenzaron a llamarla Rogerina.

Este lance (Cacerina-Rogerina) se usa para llevar el toro al caballo, se cita de costado, con el capote a la espalda, mostrado de revés (cara amarilla),  entre toro y torero, cogido con una mano frente a la cara y la otra, tras el cuerpo, bajo la cintura. Al embroque, se baja la mano alta, cambiando la capa a su lado natural y se manda el toro por bajo, hacia atrás, mientras se da un paso, se gira el cuerpo y se queda en suerte para la siguiente.  

A diferencia de la Tapatía lance creado por el mexicano Pepe Ortiz en la plaza del Toreo de México el 2 de noviembre de 1927, alternando mano a mano con Armillita frente a toros de Atenco, y la cual se cita de frente, no de costado, con el capote mostrado por el derecho (cara rosa), cogido con ambas manos tras el cuerpo, no entre torero y toro, y al embroque se  retira el capote, deslizando ambos brazos tras el cuerpo en sentido lateral, no mandando atrás, enroscándose el toro y dando un giro sobre los pies para quedar en suerte. Se usan como quite, luego de la suerte de varas, no antes. 

Según el picador Melanio Murillo, maestro de Cáceres, la Cacerina está inspirada en la Tapatía de Pepe Ortiz, suerte totalmente diferente, como hemos explicado, pero con la cual se confunde frecuentemente. 

(1) Rogerina, Diccionario Ilustrado de Términos   Taurinos, Luis Nieto Manjón, Espasa CalpeMadrid, 1987, Pag. 374